Así lo han manifestado los alcaldes de esa provincia quienes envían un S.O.S. para afrontar la pandemia sin un caso resulta positivo.
Por: Lorenzo Lizarazo
La llamada de auxilio la hicieron en carta abierta al ministro de Salud, Fernando Ruíz Gómez en nombre de los 140 mil habitantes de esta subregión de Santander.
«El Hospital Regional de San Gil se encuentra en el piso por la demolición y suspensión posterior de un contrato de obra pública, lo que conlleva a que esté segregado en la ciudad en tres sitios dificultando la atención integral correcta y oportuna», advierte la misiva.
Recordaron que la provincia Guanentina es una zona vulnerable al coronavirus Covid-19 «por ser uno de los principales corredores turísticos del país y tenemos visitantes extranjeros diariamente».
La situación para esta provincia empeoró con el cierre y posterior restricción vehicular en la vía San Gil – Bucaramanga ante los daños causados tras las avenidas torrenciales ocurridas el 23 de febrero y el 7 de marzo pasados.
Denunciaron que varios pacientes con enfermedades de alta complejidad han muerto esperando una remisión al área metropolitana de Bucaramanga porque el Hospital Regional Manuela Beltrán, de Socorro, está en sobre-ocupación.
En consecuencia, los mandatarios locales urgieron al Ministro de Salud una solución pronta para terminar la construcción del Hospital Regional de San Gil asignando los recursos faltantes.
El oficio es firmado por 15 alcaldes de la provincia Guanentina: San Gil, Aratoca, Barichara, Cepitá, Coromoro, Charalá, Encino, Jordán Sube, Ocamonte, Onzaga, Páramo, Pinchote, San Joaquín, Valle de San José y Villanueva y uno de la provincia Comunera: Confines.
Historia de un contrato que huele mal
La obra la contrató el entonces gobernador de Santander, Dídier Tavera Amado, por 24.859 millones de pesos y está suspendida desde el 20 de noviembre por fallas en el diseño que obligan a hacer una inversión adicional.
Según dijo a Ecolecuá el gobernador Mauricio Aguilar Hurtado el 22 de enero pasado, son cerca de 18.000 millones de pesos los que se necesitan para terminarla y faltaría aún la dotación de equipos.
Agregó en esa oportunidad que no se había establecido aún de quién era la responsabilidad de las irregularidades presentadas en los diseños y la construcción.
Según la valla informativa que está en la fachada del hospital, el contrato se firmó el 1 de febrero de 2019 y su ejecución tenía la supervisión de la Secretaría de Infraestructura de Santander.