La fugaz visita del presidente Iván Duque a Santander para conocer en persona lo ocurrido tras la avalancha del martes último en Piedecuesta deja más desencanto que optimismo entre los santandereanos.
Por: Lorenzo Lizarazo
La cuarta economía del país cuenta con una infraestructura vial tan frágil que, nuevamente, bastó solo un fuerte aguacero para quedar aislada del resto de la nación. Y, según los anuncios del director del Invías, Juan Esteban Gil, así estaremos por tres semanas más.
Resulta absurdo que en 24 años hayan ocurrido tres cierres totales de la troncal central entre Bucaramanga y San Gil, la principal arteria terrestre de este departamento y una de las más importantes de Colombia, y no contemos aún con una vía de doble calzada y lo suficientemente robusta para afrontar las arremetidas con que la naturaleza nos cobra nuestra conducta depredadora.
Soluciones inmediatas que esperaban los santandereanos que anunciara este sábado el Primer Mandatario no las pronunció y aún nos preguntamos por qué:
1. Nada dijo de la tan cacareada y frustrada concesión 4G (cuarta generación) de la troncal central entre Barbosa y Bucaramanga.
2. Nada dijo de la atención de la vía alterna que vienen usando los conductores de toda clase de vehículos desesperados por llegar a su destino y que está convertida en una trocha: la vía Girón – Zapatoca – Galán – Berlín (Socorro).
3. Nada dijo de terminar la pavimentación de la vía Curos – Málaga porque solo puentes provisionales y remoción de escombros fue lo que anunció el Director de Invías. Solo tendrá paso vehicular a finales de mayo o inicios de junio.
4. Nada dijo de la Transversal del Carare que, frente a la actual emergencia vial bien podría ser otra ruta alterna, pero que está cerrada por derrumbes en el corregimiento de Alto Jordán, entre Vélez y Landázuri.
5. Nada dijo de la habilitación del segundo ramal de acceso a la Mesa de los Santos, enclave de la avicultura de Santander y alternativa de los pasajeros que hacen transbordo por el teleférico del Parque Nacional del Chicamocha.
6. Nada dijo de la terminación del aeropuerto Los Pozos de San Gil que se ha convertido en un elefante blanco porque los recursos que se asignaron para su modernización solo los invirtieron para terminar la pista y se olvidaron de construir la terminal de pasajeros y la torre de control. Por eso no se ha puesto en servicio para vuelos comerciales que serían una solución en este momento, como ocurrió a inicios de 1996 cuando se cayó el puente de Pescadero.
7. Nada dijo del cierre de la vía Bucaramanga – Barrancabermeja para el paso de vehículos de carga de más de 3,5 toneladas y buses doble-piso en el sector de Mata de Cacao que ya completa 2 años y 2 meses, que sería otra ruta alterna ante el cierre de la vía Piedecuesta – San Gil.
Entre tanto, seguiremos incomunicados en Santander en esta temporada de transición climática porque, según el Ideam, aún no inicia la primera temporada de lluvias del año.
Por eso, como advierte el dicho popular, que Dios nos coja confesados porque de descontento comunero solo nos ha quedado el eco de José Antonio Galán.