Tan pronto el árbitro mexicano César Ramos pitó la finalización del encuentro que Colombia le ganó a Uruguay un gol por cero, muchos ciudadanos de este país entre los que me cuento recordamos con mucha alegría cuando en 1975, la selección tricolor que por aquella época dirigía Efraín ‘Caimán’ Sánchez logró el tiquete a la final de la Copa América nada más y nada menos que en Montevideo, la cuna de los primeros campeones olímpicos y mundiales del siglo pasado. Aquel 1 de octubre el clima estaba enrarecido porque Colombia llegaba con una ventaja de tres goles y los orientales querían ganar a como diera lugar. Molieron a patadas a todo el equipo, incluyendo al portero Pedro Zape quien después de atajar una pena máxima, sufrió la rabia de la estrella ‘charrúa’ Fernando Morena quien le piso el hombro, el codo y Zape en un acto de heroísmo, terminó atajando con una sola mano. Eso fue épico y ya en la final de ese año ante los peruanos, nuestro país terminó perdiendo la oportunidad de ser campeón de un mítico torneo.
Tuvieron que pasar 26 años para ser sede de la Copa América gracias a la designación de la Conmebol, el ente rector del balompié sudamericano; luego de sufrir un intento de boicot por parte de muchos equipos que no querían asistir a la cita continental por cuenta de los problemas de orden público en nuestro país, terminamos organizando con lujo de detalles el campeonato y sin la presencia de los argentinos, los dirigidos por el mejor técnico de nuestra historia, Francisco Maturana, le ganamos la final en el estadio El Campín de Bogotá a la dura y complicada selección mexicana, uno a cero con anotación de Iván Ramiro Córdoba. El país se unió bajo la misma bandera tricolor y superamos un momento difícil de nuestra historia. El 29 de julio de 2021, ¡será inolvidable!
Este 10 de julio de 2024, los dirigidos por el técnico argentino Néstor Lorenzo dieron un paso importante en la historia moderna de nuestro seleccionado patrio. Con base en buen fútbol, hombría y limpieza, le ganaron al duro y combativo onceno uruguayo dirigido por Marcelo Bielsa quien entre otras cosas era el técnico de argentina en el 2001 cuando se negaron a venir a jugar la copa en nuestro país. La vida y sobre todo el fútbol cobra revanchas cada ocho días o cada 23 años para citar algunas cifras. Los muchachos cafeteros se crecieron luego del gol de Lerma, lo cuidaron como un tesoro y con diez hombres –ante la expulsión de Muñóz-, soportaron los ataques de los uruguayos y también sus patadas y provocaciones. Nada de eso les sirvió porque nuestro combinado estaba con el himno en la garganta, con una energía resplandeciente como el amarillo de su camiseta, con el coraje vestido de azul y una mirada rojiza que asustó a los ‘yoruguas’. James condujo con firmeza la batuta del seleccionado, ha sido el pase-gol de la Copa América y rodeado de escuderos como ‘Lucho’ Díaz, el portero Vargas, Mojica, Richard Ríos y todo el aguerrido plantel, sacaron tiquete para la final. Esta es la tercera oportunidad, ¡Vamos por la segunda!
FELIPE ZARRUK –PERIODISTA LA CULTURAL 100.7 F.M.