Con la firma de un Pacto Social la Alcaldía de Bucaramanga le apostó a una temporada de fin de año segura, organizada y bajo los protocolos de bioseguridad. La inicativa se selló ayer con un compromiso entre los comerciantes de los sectores formal e informal en la reactivación económica en medio de la emergencia sanitaria por el covid-19 que sigue vigente.
Por primera vez en la historia, el comercio formal y los vendedores informales , articulados por la Administración Municipal, se comprometieron a trabajar conjuntamente.
“Hemos querido reunir a formales e informales en una estrategia para aportar pensando en el bienestar de la ciudad. Es por eso que estamos firmando un pacto de buen trato y sana convivencia, en donde cada uno se compromete a respetar las medidas que se han trazado”, explicó Natalia Durán Valbuena, secretaria de Desarrollo Social.
Los comerciantes firmaron el pacto y se comprometieron a:
- Los comerciantes informales a regular las dimensiones de sus mobiliarios, y no ubicarse a las entradas de los establecimientos formales o parqueaderos. Igualmente, en aras de disminuir la presencia de población en el espacio público, disminuirán los días de trabajo de manera autorregulada.
- Los comerciantes formales a no sacar sus productos para la venta en el espacio público.
- Se demarcarán las zonas frente a las entradas de los comercios para evitar que las personas que ejercen ventas informales en el espacio público se ubiquen allí. La pintura será aportada por los formales y los informales contribuirán con la demarcación.
- El horario de ventas será de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., de lunes a sábado. El domingo es de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. Los días 6, 7,22, 23, 24, 29 y 39 de diciembre el horario de atención va hasta las 9:00 p.m.
- Solo se podrán comercializar productos lícitos.
- Se comprometen al aseo del área después de cada uso.
“El Pacto Social que hicimos con la Alcaldía de Bucaramanga es que tenemos que usar el tapabocas, desinfectar la mercancía, evitar las aglomeraciones, se prohibió la venta de licor, de comoda lo único que se permite es la venta de ayacos para llevar y frutas como piña y mango pero deben distribuirla bien empacada”, explica Nilson Acuña, vendedor de los vendedores informales.
“En Buacramanga son 1.500 vendedores en temporada alta y en temporada baja somos 350 que son los que nosotros representamos y estamos todo el año”, agrega el líder de los vendedores informales.
Por su parte, el comercio formal también respaldó la iniciativa que se espera sea ganancia para todos los actores involucrados. “A mi gustó este pacto porque realmente en diciembre los vendedores tapan los locales, pero aquí se comprometieron a ubicarse en zonas donde no nos perjudiquen”, expresó Amparo Villamizar, quien tiene un local en el Centro de la ciudad.
Asimismo, la Secretaría de Desarrollo Social desarrollará acciones que permitan el acceso a la oferta institucional de programas sociales y Instituto Municipal de Empleo y Fomento Empresarial de Bucaramanga, Imebu, fortalecerá su presencia en la zona a través del Progresa Móvil para que aquellos informales interesados en iniciar un camino a la formalidad.