En las profundidades marinas yace uno de los tesoros más codiciados de la historia: el galeón San José, un navío cargado de riquezas que se hundió en aguas colombianas en el siglo XVIII. Con un valor estimado en millones de dólares, este galeón se convirtió en el centro de una batalla legal que llegó hasta la Corte Constitucional de Colombia.

Galeón San José Foto: galeonsanjose.org
La Sala Plena de la Corte Constitucional emitió un fallo histórico al declarar inexequible una norma de la Ley 1675 de 2013, la cual excluía las cargas industriales como parte del Patrimonio Cultural Sumergido. Este importante cambio fue resultado de una demanda presentada por Carlos Fernando Gómez Riaño, un estudiante de octavo semestre de Derecho de la Autónoma de Bucaramanga. La Sentencia C-332 de 2023 estableció que proteger las cargas industriales, como parte integral de la historia y la cultura, es un deber del Estado, y que la ley no puede limitar arbitrariamente este concepto. Carlos Fernando, inspirado por su formación académica y una profunda curiosidad, lideró este desafío legal con éxito.
En entrevista con La Cultural FM el estudiante habló de la demanda que interpuso ante la corte «Siempre me gustó la biología marina, pero decidí estudiar Derecho y en un examen que le hice a la ley del Patrimonio Cultural Sumergido me di cuenta que hay una protección a los que hoy conocemos como el galeón San José, sin embargo lo que hay en su interior y que quedó registrado en fotos en expediciones a la zona del naufragio, está excluido de esa protección jurídica por leyes promulgadas anteriormente, entonces en vacaciones redacté una demanda de inconstitucionalidad y la gané»
El galeón San José y su riqueza son un símbolo invaluable del patrimonio cultural sumergido de Colombia. Sin embargo, la ley excluía erróneamente elementos como botijas, ánforas y cargamentos industriales, todos ellos comunes en naufragios como el del galeón San José. Carlos Fernando, cuyos padres son jueces, heredó la pasión por la justicia y terminó logrando un hito en la protección del ahora patrimonio histórico y cultural del país sumergido en las aguas.
De haber sido declarada improcedente la demanda de Carlos Fernando, los tesoros del galeón San José, hubiesen podido quedar en manos de particulares y en el peor de los casos de «piratas».