Por: Felipe Zarruk – Periodista de La Cultural 100.7 F.M.
Apenas terminaba el primer trimestre cuando de repente y luego de una cita concertada, llegaron al Instituto Municipal de Cultura y Turismo, los maestros Omar Mateus y Pedro Nel Martínez Jr., quienes deseaban reunirse con la directora Maylin Tatiana Jaramillo ya que tenían una idea entre ceja y ceja que nos los dejaba dormir tranquilos. Ellos, deseaban montar un evento que tuviese por frase de combate “el tiple vive”; todo debido a que se armó una polémica grande en el país ya que muchos músicos antioqueños manifestaban a voz en cuello que dicho instrumento de cuerda pertenecía a su región, mientras que otros tantos afirmaban que es oriundo de la zona andina y que tuvo su nacimiento en nuestro departamento de Santander.
Con la frase en la garganta, se le dio vía libre a una idea genial; no era otra que realizar durante la Feria Bonita de Bucaramanga el Primer Festival Nacional del Tiple y en el marco de dicho festival, intentar el ingreso al Libro de los Récord Guinness con más de 700 tiplistas tocando Pueblito Viejo sobre el Puente de La Novena. Tenía visos de ser una idea muy loca, pero con la voz a voz, el empuje de los Pedro Neles, tanto padre como hijo, la convocatoria realizada a nivel departamental para todos los músicos y el entusiasmo por venir a la capital del departamento para un certamen de esa magnitud, motivó a propios y a extraños quienes iniciaron sus entrenamientos, tal es el caso del niño sangileño Alejandro Sanabria Jaramillo quien empezó a tocar con maestría Pueblito Viejo desde hace dos meses.
El viernes 13 de septiembre bajo un fuerte aguacero se abrió el concurso bajo la atenta mirada del jurado calificador integrado por tres grandes maestros y campeones nacionales del tiple: Pedro Nel Martínez, más conocido como el maestro ‘Surrucuca’, Roberto Martínez y José Luis Martínez. No son familiares ni tienen parentesco alguno. ¡Los une el tiple! Más de 40 participantes en las categoría infantil, juvenil y mayores empezaron a deleitar al público que colmó la Concha Acústica del barrio Mejoras Públicas. El jurado anunció que el sábado les comunicaría a todos, quienes serían los finalistas para presentarse el domingo 15 desde las seis de la tarde en el Teatro Santander.
El día anterior, es decir para el sábado 14, estaba agendada la cita sobre el Puente de La Novena. A la una de la tarde, el cielo estaba oscuro y la fuerte brisa sacudía las carpas de la Defensa Civil y la del Canal TRO; pocos policías vigilaban el lugar, ya que para un evento de esta envergadura no se necesita vigilancia, se necesita amor por la música y la cultura. Los tiplistas y los requintistas ensayaban desde muy temprano en el Colegio del Pilar en la Calle de los Estudiantes. Mientras tanto la fuerte brisa sacudía la silletería blanca que esperaba ansiosa a los pequeños y grandes maestros del tiple. El palco principal esperaba por los invitados especiales encabezados por el Alcalde de la ciudad Jaime Andrés Beltrán y su esposa, la Gestora Social Paula Ramírez. También se harían presentes el Gobernador del departamento Juvenal Díaz y su señora Victoria Casallas. Debía haber poco público ya que Gestión del Riesgo no autorizó el ingreso de espectadores al viaducto que conecta el norte y el occidente de la ciudad con el barrio Mutis. Un carro de bomberos atravesó el puente de norte a sur; el temblor fue impresionante. Una auxiliar de la Policía Nacional y un intendente me miraron con asombro y sus rostros palidecieron ante el movimiento. Empezaron a hacer su aparición los funcionarios de la Alcaldía y la Gobernación, grandes patrocinadores del evento. Al mismo tiempo llegaron la directora del Instituto Municipal de Cultura y Turismo Maylin Tatiana Jaramillo y la subdirectora de Turismo Laura Patiño. Todo estaba servido, cuando de pronto, en sentido sur-norte venían caminando los más de 700 tiplistas para interpretar tres canciones, una de ellas Pueblito Viejo, nuestro verdadero himno. Una canción que el maestro José A. Morales compuso al convertir el amor en melodía.
Cerrando la numerosa fila, caminaba lento el maestro Pedro Silva director de Los Zafiros quien con más de 80 años llegó sonriente para afinar cuerdas. El respetuoso silencio dejó que los tiples se escucharan por toda la ciudad y que sus líricos sonidos viajaran hasta esconderse armoniosamente en los riscos afilados del Cañón del Chicamocha. Las lágrimas de todos no se hicieron esperar y un sonoro aplauso sacudió las bases que sostienen este importante viaducto, el cual tembló de emoción. Al día siguiente el jurado calificador le entregó al estupendo presentador del evento Víctor Suárez, su fallo para cerrar con broche de oro una jornada memorable.
En la categoría infantil ganó Jefferson Fuentes, en la juvenil triunfó María Camila Osorio y en mayores el primer lugar lo ocupó Carlos Vázquez. En los requintistas, los honores se los llevó Luis Arley Martínez. Lindo evento, bello certamen con una excelente premiación, pero nosotros los asistentes nos llevamos el premio gordo consistente en los sonidos del tiple porque como lo dijo el maestro Omar Mateus: “el tiple vive”.