Con el trabajo en los cultivos de piña en Lebrija, Fabián sostiene a su nona de 84 años, a su tío Moise, a su tío Elias, a su tía Flor, a su mamá, a su hermano y a su esposa que ya está próxima dar a luz; Además le da trabajo en los cultivos a más de 5 personas.
La historia inició el pasado fin de semana cuando el agricultor fue CENTROABASTOS a vender el producido de su finca, allí le ofrecieron un precio muy bajo, entonces tomó la decisión de regalar las piñas a los ciudadanos que estaban en el lugar. Luego decidió organizar la exitosa “piñaton” en donde vendió más de 6 mil piñas a 2 mil pesos unidad; en las vías cercanas se vieron largas filas para comprar piña, y siempre se mantuvieron las distancias sociales de bioseguridad, vigiladas por el ejército que también desde el amanecer ayudó a Fabián a cargar los camiones para llegar a Bucaramanga.
“Nosotros preparando el terreno hasta la cosecha final nos demoramos cerca de dos años, y da dolor que no valoren nuestro trabajo. Nosotros protestamos pacíficamente y no estamos de acuerdo con los hechos violentos, pero exigimos que las autoridades nos apoyen a los agricultores y a los estudiantes, o de lo contrario tendremos que salir a las calles. Los insumos están por las nubes, los bancos nos prestan plata y después todo nos sale más caro” dijo el líder campesino.
El ambiente en el sitio fue de camaradería, los compradores llevaban desde dos o tres piñas en adelante y siempre expresaban su solidaridad con este joven agricultor que también es estudiante de tecnología deportiva en las Unidades Tecnológicas de Santander.
Por Carlos Alberto Bermúdez.






