Para los científicos del Servicio Geológico Colombiano la reciente actividad en el Nido Sísmico de Bucaramanga es normal y se encuentra dentro de los rangos esperados en una zona de sismicidad altamente concentrada.
Un informe presentado este 23 de julio por el SGC, indica que los nidos sísmicos de profundidad intermedia, como el De los Santos, Santander, representan procesos singulares de la sismicidad global, cuyos mecanismos de generación aún no se comprenden completamente.
«Explicar una sismicidad requiere observar su distribución espacial y temporal. En este caso, el Nido de Bucaramanga se caracteriza por ser la fuente sismogénica más activa del país», señala el documento.
La entidad explicó que la información de catálogos globales, relativamente completos a partir de 1964 para magnitudes moderadas (mayores a 5), se observa en el Nido de Bucaramanga que los sismos se han registrado de manera muy constante. Además, se aprecia el registro de eventos cada vez más pequeños.
Es importante resaltar la mejor cobertura de estaciones desde la entrada en operación de la Red Sismológica Nacional del SGC en junio de 1993, así como de mejores equipos en los últimos 10 años.
De igual manera, la red sismológica ha localizado en el Nido de Bucaramanga alrededor de 62.400 sismos con profundidades mayores a 70 km y magnitudes superiores a 2, entre el 1 de junio de 1993 y el 22 de julio de 2020.
Sólo en lo corrido de este año se han registrado 1755 eventos, la mayoría imperceptibles para la población, aunque algunos de magnitudes moderadas pueden ser sentidos incluso por personas a grandes distancias, como dos de ellos que tuvieron magnitu- des mayores o iguales a 5.
El mayor evento que se tiene documentado en esta zona ocurrió el 29 de julio del año 1967, con magnitud 6.8 y profundidad de 163 km. Debido a su profundidad, fue sentido en gran parte del país, desde Pasto hasta Santa Marta. Los daños más significativos ocurrieron en el departamento de Santander, donde muchas construcciones elaboradas principalmente en tapia pisada, colapsa- ron o quedaron averiadas.
El sismo más reciente con efectos importantes sobre la región, ocurrió el 10 de marzo de 2015, con magnitud 6.3 y profundidad de 157 km. Fue sentido en gran parte del territorio nacional y ocasionó daños materiales en varias localidades de Santander, Norte de Santander, Boyacá y Antioquia.
Es importante por tanto recordar que Colombia es un país activo sísmicamente, y que la planificación como sociedad a mediano y largo plazo debe incorporar el conocimiento geocientífico para hacer sostenible el futuro de los municipios.
El conocimiento de la tectónica y la sismicidad se plasman en los modelos de amenaza. El SGC formuló y adoptó el más reciente modelo nacional para Colombia, que brinda los insumos necesarios para la definición de los coeficientes sísmicos de las normas de diseño de estructuras e infraestructuras, y para que las autoridades puedan mejorar los planes de respuesta ante emergen- cias.
El SGC, como responsable del monitoreo de la actividad sísmica y de evaluar su amenaza, cuenta con una red de estaciones sismológicas y acelerográficas desplegadas alrededor de esta fuente sísmica, que le permite monitorear continuamente su comportamiento.
Así mismo, reiteramos que los sismos no se pueden predecir, entendiendo por predicción la capacidad de especificar la localiza- ción, el tamaño y el momento preciso en el que tendrá lugar un evento, lo que hasta ahora en ningún lugar del mundo ha sido posible.
De igual manera, el SGC invita a la comunidad a prepararse debidamente, actuar con precaución, e informarse y consultar la infor- mación oficial, haciendo un buen uso de las redes sociales para no generar caos y alarma.
Las únicas entidades oficiales autorizadas para comunicar y difundir la información con soporte técnico y científico real sobre la ocurrencia de sismos son el Servicio Geológico Colombiano, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y los Consejos Territoriales de Gestión del Riesgo.